Más del 60% del pueblo boliviano dió su respaldo a la nueva constitución presentada y llamada a votar informada y libremente por el gobierno popular que encabeza el compañero Evo Morales.
Con este nuevo triunfo del gobierno del Movimiento al Socialismo MAS se consolida el proceso de cambios políticos, económicos y sociales en el país y dirime, de paso, una discusión sobre las autonomías de los departamentos que dirige la derecha de la autodenominada media luna que con el apoyo de EE.UU quizo utilizar como elemento de conspiración y destrucción del gobierno de Evo Morales. La nueva constitución política triunfante y que comenzará a ser aplicada paulatinamente, contempla entre otras cosas, la autonomía de las regiones del país, claro que la que postula la nueva carta magna es inclusiva, igualitaria y basada en el respeto de todos los componentes sociales y étnicos. En cambio la postulada por la derecha de la media luna es excluyente, clasista y racista...pués bién el pueblo boliviano decidió el domingo 25 de enero...que la derecha y el imperialismo tomen nota.
Otro factor importante en este referendo era la de poner coto al latifundio, división injusta de la propiedad de la tierra que se arrastra desde el tiempo colonial, que permitía a la burguesía agrícola y minera el control absoluto de la economía del país. Ganó la propuesta gubernamental de que el máximo de acumulación de tierra que pueda poseer una sola persona son 5 mil hectáreas...no pudo ser más certero el golpe asestado a una derecha que se ha enriquecido eternamente por medio de la explotación del campesinado y los mineros pobres.
Para hacer peor el escenario para la derecha boliviana, esta aún no se recupera de la estruendosa derrota en el referendo revocatorio del 10 de agosto pasado, referendo revocatorio con el que ese grupo político buscó forzar al gobierno y sus partidarios con la ilusión de desbancar via constitucional a Evo Morales y al MAS. Esta derrota sumada a la aplicación, no sin enconada oposición desde el senado mayoritariamente reaccionario, de las políticas populares de recuperación de las riquezas naturales, la distribución justa de los ingresos, el acceso a la salud, vivienda y educación de millones de ciudadanos olvidados y excluidos junto con undir a la oposición derechista en más y más dudas y falta de apoyo refuerza las posiciones del MAS, por tanto de Evo Morales, en el seno del pueblo.
Si bién es cierto que no se logró en este referendo de la nueva carta magna el respaldo del 70% que buscaba el gobierno, no es menos cierto que aún, pese a la campaña de difamaciones y amenazas de parte de la derecha via matones y medios de comunicación, sigue siendo una verdad a gritos el mayoritario apoyo popular a Evo y su gobierno. Recordemos solamente que Evo y el MAS triunfaron hace tres años con el 53% (cifra histórica en Bolivia) y si tomamos estos dígitos porcentuales como referencia y los comparamos con los resultados del recién pasado domingo 25 de enero no queda más que comprobar el hecho de que los mismos protagonistas que llegaron al gobierno en el 2005 contra toda expectativa y pronóstico han aumentado su respaldo en casi 7%...alguna "democracia" del primer mundo puede mostrar estos mismos resultados?
Tanto Evo Morales como el pueblo boliviano saben que ahora comienza la batalla por aplicar la nueva constitución política que refunda Bolivia, la transforma y la prepara para una nueva sociedad más justa e igualitaria. Junto con la oposición de la media luna deberá el gobierno enfrentarse a las maniobras dilatorias de un senado dominado por la reacción oportunista. Ante este escenario la opción del gobieno masista es de apoyarse y sintonizarse más y más con ese mayoritario mundo de bolivianos que desean contruir su país en colectivo, sumando y no dividiendo y que ha apoyado una vez más el sueño socialista de este movimiento sui generis que encabeza el indio Evo, ese campesino cocalero aimará que bién hace en recordarnos cada ciert tiempo que se ha de gobernar y mandar obedeciendo al pueblo que lo eligió.
Ilich Galdámez
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