Acto en torno a los 36 años del golpe de estado pinochetista en Estocolmo

A 36 años del golpe fascista en Chile

A 36 años del golpe fascista en Chile, con desenfadado apoyo del imperialismo yanqui, se recordaron tanto en Chile como en distintos lugares del mundo, el sacrificio de Salvador Allende, quien murió combatiendo en el palacio presidencial, así como las figuras de las miles de víctimas de los oscuros años dictatoriales.

En Estocolmo, la hermosa capital de Suecia, los chilenos, latinoamericanos y pueblo sueco solidario se unieron para no sólo recordar a los caidos en Chile el 11 de septiembre de 1973 y los años posteriores, sino que se aprovechó el momento para apoyar al pueblo hondureño en su lucha de resistencia diaria desde el 28 de junio en contra de los golpistas de Micheletti. Tantos los oradores como los participantes en el mitin que se desarrolló en la emblemática plaza de Sergels torg, destacaron el hecho que para nadie es un secreto que este golpe de estado en contra del presidente Zelaya, fué y continúa siendo apoyado por el imperialismo yanqui, situación que da cuenta que sin importar color de piel ni promesas electorales, los presidentes yanquis cumplen obdientemente las órdenes que derivan de los centros del poder económico capitalista para salvaguardar sus intereses en el mundo entero.

Otro tema que estuvo presente en las consignas, discursos y pancartas, fué la denuncia de la actitud rastrera del gobierno de Colombia que ha permitido la presencia guerrerista de Estados Unidos con 7 bases militares a lo largo y ancho de ese país latinoamericano. Este acuerdo entre Colombia y EE.UU. es una amenaza directa en contra de Venezuela y Ecuador y para el resto del subcontinente, sobretodo para los paises que llevan adelante proyectos de sociedad antiimperialistas. Además hay que sumar a estas amenazadoras bases militares yanquis en Colombia a la Cuarta Flota del Comando Sur yanqui que navega las aguas oceánicas en todo el entorno de sudamerica.

Junto con saludar a los paises del ALBA que se han carectizado en este último tiempo por proponer un sistema económico más solidario y alternativo al capitalismo neoliberal, los manifestantes exigieron la libertad para los cinco cubanos antiterroristas que el imperio mantiene injustamente prisioneros hace once años.

Las luchas de los pueblos originarios no pudieron estar ausentes y fueron destacadas durante la manifestación exigiendo el fin a la represión tanto en la zona amazónica peruana como en el territorio mapuche, donde los gobiernos de Alana García, en caso peruano, como el de Michele Bachelet en Chile han asesinado a activistas indígenas, crímenes que se mantienen impunes.

En el caso particular del Chile actual se destacó los intentos de las organizaciones de bases y populares que buscan la unidad de los discriminados y ninguneados para conformar definitivamente aquella fuerza social y política que sea real alternativa anticapitalista y que genere en el pueblo confianza en sus propias fuerzas. Junto con ello, algunos participantes y oradores criticaron abiertamente la actitud de los partidos de la izquierda tradicional chilena que priorizan ser parte del sistema y creen que pormedio de componendas y acuerdos electorales con la concertación de centro-derecha gobernante pueden romper con el injusto sistema político-social que impera desde los tiempos dictatoriales, creando confusión entre sus militantes quienes ven con desazón que con esa táctica se abandona la larga tradición de lucha confrontacional al imperialismo que le ha costado justamente a esos partidos un sinnúmeros de víctimas.

Y como punto final a la manifestación, ya al caer la noche se rendió un merecido homenaje con antorchas a los ejecutados políticos y a los compañeros desparecidos bajo los terribles años de la dictadura de Pinochet.

IG.

A continuación el texto completo leido por el cro. Luis Peña a nombre del Foro Latinoamericano, organización que fué unos de los responsables de la manifestación junto a la Red de Solidaridad con Latinoamérica y la Asociación de amistad Sueco-Cubana entre muchas otras.

A 36 años de aquél 11 de septiembre

Compañeros, una vez más nos reunimos en este lugar, no para recordar momentos tristes y amargos, sino para pensar en el futuro, y de qué manera saber o interpretar el camino a seguir por los pobres y marginados de Chile. No es el momento de hablar de candidatos a presidentes, ya que estos en nada podrán solucionar los problemas de fondo que sufren los marginados del sistema y los trabajadores que solo tienen un destino incierto ante la crisis del capitalismo y que los patrones aprovechan para imponer toda clase de condiciones y despojos laborales y sociales.

Queremos no dejar pasar la ocasión para denunciar a la democracia cristiana como el principal partido que alentó el golpe de estado en Chile, y que ahora tiene un militante de sus filas que aspira a la reeleción. Con qué cinismo este personaje se presenta a las masas cuando otro militante de sus filas que fué el primer presidente después de la dictadura declaró dos días después del golpe:

“Los militares tenía el deber moral, en nombre de los principios cristianos, de derrocar el gobierno”. Qué principios y qué cristianismo pueden tener estos demócratas cristianos. La liberación de los trabajadores y de los pobres y marginados será obra de ellos mismos; para eso no se necesita este tipo de candidatos que solo gobernarán para los intereses imperiales y capitalistas locales.

Compañeros y amigos, somos profundamente partidarios de la unidad y de cambiar las bases de la sociedad; pero queremos la unidad de los que sufrimos del mismo mal y que somos víctimas del mismo sistema; no queremos que nadie nos represente, queremos representarnos nosotros mismos para cambiar de una vez las bases de la sociedad mezquina y capitalista que nos ha explotado por demasiados años; conseguida esta unidad marcharemos de manera imparable para derrotar definitivamente las bases del sistema y construir algo diferente que interprete a todos, construido desde la base y con participación activa de las bases mismas. A partir de ahí será realidad la cultura, la justicia social, se gobernará para todos y con todos, la democracia será verdadera porque será practicada por todos. Se respetará la cultura y el idioma de los pueblos originarios, serán integrados con todos los derechos y serán devuelta sus tierras ancestrales; el futuro económico, político, social, cultural, militar, será obra de todos nosotros; ese será nuestro desafío histórico.

El golpe de estado en Chile no fué un hecho aislado; fué y es aún la política imperial de los EE.UU. Cuando existen partidos o coaliciones que llegaron al gobierno por la vía electoral para hacer las tansformaciones sociales en favor de las grandes mayorías, éstos se encontraron siempre con la bestia imperialista y sus aliados locales para impedir estas transformaciones; el delito de Allende es haber nacionalizado el cobre y las riquezas básicas y de haber dado medio litro de leche a los niños de Chile. Esta actitud de Allende fué una ofensa grave para los intereses imperialistas.

Hablando de nuestro continente vemos como HONDURAS, que es una democracia burguesa, es aplastada por los militares y entregado el mando a un civil tan reaccionario como los militares. El delito del gobierno de Zelaya es haber eliminado una parte de la pobreza entregando créditos a campesinos, tratando de sacar la base militar yanqui y haber entrado a la alianza bolivariana, el ALBA.
Esta situación nos plantea algo que no podemos eludir a menos que queramos seguir ignorando el quehacer imperial: cuando se logra un gobierno por la vía electoral y éste trata de hacer transformaciones sociales, el sistema no lo permite y da golpes de estado. Entonces habría que preguntarse si es válido el camino de la elección para llegar al gobierno, o habría que plantearse otro camino y cuál sería éste?

En Honduras ya está consolidado el golpe y no hay instancia que lo derrote; cuál pais seguirá después?

La consigna “el pueblo armado jamas será aplastado” es sólo una consigna más o es una razón histórica para defender el gobierno que los movimientos sociales han instalado con la fuerza de las masas. No ignoremos el presente ni tampoco la historia y no creamos en cuentos de fantasía que el imperialismo yanqui, la derecha local , el sistema y los militares aceptarán nuestro avance por la sencilla razón de que somos muchos.

Referirse al ALBA o a los pueblos originarios del continente no es asunto ajeno al caso o la realidad chilena, puesto que el ALBA, Alternativa Bolivariana para América Latina y El Caribe, es una propuesta de integración diferente. Mientras el ALCA responde a los intereses del capital trasnacional y persigue la liberalización absoluta del comercio de bienes y servicios e inversiones, el ALBA pone el énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social y, por lo tanto, expresa los intereses de los pueblos latinoamericanos. El ALBA se fundamenta en la creación de mecanismos para crear ventajas cooperativas entre las naciones que permitan compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio.
Los pueblos originarios del continente son un ente social históricamente aplastado y despojados por los gobiernos;son reprimidos para quitarles las tierras para explotar la minería, maderas preciosas, robar el agua dulce y destruir el ecosistema en beneficio de la ganancia y en detrimento de la persona humana que habitan esas latitudes de nuestro continente.

El poder popular generado desde abajo defenderá las transformaciones sociales a que se ha llegado y se avanzará hasta la meta final que será una sociedad socialista de verdad, sociedad que estará apoyada y sostenida por el pueblo con una ideología clara y combativa, sin términos medios ni transacciones que perjudiquen los intereses populares; estas serán las bases reales en que nacerá la sociedad de todos sin intereses mesquinos y con un amplio sentido de la solidaridad nacional e internacional; esto será dificil y doloroso pero traerá al final el fruto de la democracia verdadera y de la justicia social y el uso pleno de la cultura.
El naciente poder popular incorporará a todos los trabajadores, a los pobres y marginados y a los pueblos originarios. No sería un poder popular justo y solidario si quedaran afuera los pueblos originarios.

Para terminar es necesario dejar en claro y decirlo con la fuerza de la razón y con todas las fuerzas de la historia:

· Devolución de todas las tierras usurpadas a los pueblos originarios
· Condena mundial por la masacre de los pueblos originarios de la amazonía

peruana.
· Libertad a los 5 prisioneros cubanos en cárceles del imperio
· Viva Cuba socialista
· Defensa continental del ALBA y de sus gobiernos
· Libertad a los presos políticos mapuches
· Nacionalizacion de los recursos naturales
· No a las bases militares del imperialismo en nuestro continente
· Las riquezas naturales del continente pertenecen a los pueblos y no a

las empresas extranjeras
· Por cada un mapuche que caiga, se levantarán 10
MARICHIWEU

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